Posiblemente nadie discuta del valor que tiene la educación para el futuro de la sociedad, todos le asignan el carácter de "remedio" para evitar los males que afectan al mundo. No estoy agregando ningún tipo de dato novedoso en la linea anterior, pero a partir de la casi evidente adhesión del lector, lo invito a pensar: si es un tema tan relevante,
Quien les escribe no solo es Docente con título en una materia pedagógica, sino que además esta próximo a finalizar sus estudios de la carrera de Abogacía, y no puedo no detenerme en este punto, para confeccionar una relación entre el sistema Educativo y el Penal. Uno sirve como mecanismo de ingreso a la sociedad, el otro como medio de reingreso a la misma, y notese que la instrumentación en términos como el personaje que antes nombre concibe a la buena educación, procede de la misma manera, castigando conductas mediante medios físicos para corregir la conducta y así lograr "hombres de bien". La breve e ínfima critica que nombraré, porque mis colegas Docentes saben que podríamos redactar páginas y páginas refundolo, es que el sistema Penal evidentemente fallo, ¿se creó para prevenir el delito? ¿se endurecieron las penas para terminar con el delito? hoy perdura existiendo, ergo, fallo; el modelo pedagógico basado en apremios y castigos físicos para la confección de sujetos sumisos a la autoridad por el que este señor se educó ¿funcionó? a la luz está de que no, por ende señor no culpe a mi generación por la represión del Estado de facto, ni tampoco por las guerras y menos aún por los altos niveles de conflictividad social y violencia, culpe a quienes a su generación "educaron" a los "buenos tipos" que hoy están en la sociedad y nos dejan este legado que usted quiere transmitir. Deje que las nuevas generaciones implementen métodos nuevos y efectivos, tómese el trabajo de leer algo de lo nuevo que producimos y denos el tiempo de ponerlo en práctica.
Atrás quedaron los antiguos modelos pedagógicos (aunque hoy persisten rezagos de los mismos) basados en la transmisión de contenidos e imposición de valores bajo una forma coactiva propia de un régimen punitivo, concibiendo al docente como una autoridad facultada para el castigo y al alumno (como su nombre lo indica: "a", prefijo que denota carencia y "lumno" que deriva de la palabra "luz") como un ser pasivo e incompleto. Nuevos modelos innovadores plantean relaciones horizontales en la relación pedagógica que velan por un rol activo del educando en pos de alcanzar conocimientos significativos para su futuro mediante la intervención del docente como facilitador de herramientas para dichos objetivos.
El gran inconveniente que tenemos en la actualidad para terminar de insertar las nuevas y mejores innovaciones en materia pedagógica en nuestros centros educativos responden no solo a cuestiones de infraestructura y normativos, sino por sobre todas las cosas sociales. Y esto se configura con aquello que la sociedad espera de los educadores, una carga social que en el discurso venera, pero en la práctica desacredita y espera que retomemos un legado de la antigua sociedad punitiva, que hasta no hace mucho estuvo inserta en nuestra sociedad. Básicamente esperamos algo nuevo y mejor con recetas de algo antiguo y refutado.
Ante los desafortunados dichos de Miguel Del Sel, sin lugar a dudas proponiendo un método de "mano dura pedagógico", con frases como: "a mi, mi viejo me metía unos cintazos espectaculares y yo salí buen tipo..." o "en la escuela San Cayetano venía el cura (...) me llevaban a dirección, me daban dos barillazos en las patas y terminé abanderado", uno puede ver reflejado algo de lo que el antiguo régimen proponía.

Ningún buen docente estaría dispuesto a golpear a Miguel Del Ser por sus dichos, sino a sentarse y explicarle e intentar hacerlo consciente de cual es el error que subyace en su concepción de "una buena educación", y así como lo haría con él, lo haría con cualquiera de sus educando, simplemente porque eso es una buena tarea Docente y allí es donde se encuentra el fruto del acto pedagógico: lograr sujetos libres, pensantes, conscientes de sus actos y su situación social.
Por ello, como miembro del cuerpo social y como Docente, imploro que si somos agentes de cambio tan importantes como sus discursos lo indican, denos la oportunidad de hablar sobre la materia, y tómese la molestia de no hablar a la ligera y usar "ese sentido común" para opinar sobre temas tan delicados como este.
Es inminente una reforma integral del núcleo esencial de la pedagogía, en palabras simples, redefinirla, pero por sobre todas las cosas permitirlas...
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