
Las retenciones son imposiciones que el Fisco exige producto de una determinada renta por periodo fiscal, para ser más claros, es el dinero que deben pagar determinados contribuyentes por las exportaciones realizadas (ya que la temática que nos convoca son las retenciones al agro). Esto quiere decir, que con cada venta realizada de los productos antes mencionados, se le agregaba un porcentaje que el Estado retenía, y que, o bien hacia menos competitivo el producto en el mercado internacional, o bien restringía la ventaja económica del empresario. Ahora ¿qué sucede entonces si se elimina la retención o se baja el índice? Simple, permite mayo ventaja económica al exportador, bien sea porque baja costes y permite mejor inserción del producto en el mercado internacional, o bien porque puede sacar mayor rédito económico al no existir un gravamen. Pero por otro lado, no debemos dejar de advertir las implicancias locales que ello conlleva, por empezar, tal como Alejandro Rofman explica (Doctor en Ciencias Económicas e investigador del CONICET):
"Si el producto en el mercado mundial sufre un fuerte incremento de precios, este aumento se trasladaría automáticamente al valor del producto que se transa en el mercado interno dado que el que vende el trigo lo hace por el precio más elevado que obtiene, que se unifica como el único valor, tanto afuera como adentro del país. Las retenciones desenganchan el precio interno del externo. El que vende afuera, como lo hace con un valor igual al de la cotización mundial menos la deducción por retenciones está consagrando un precio interno diferente -y menor- al externo. Ello es así por cuanto hay un solo precio para los vendedores de la materia prima más allá de su destino posterior. Si el precio con que vende el exportador es un 30 %( porcentual de las retenciones) menor al del mercado mundial, él va a pagar al productor este precio reducido y no el elevado que rige fuera de nuestras fronteras”.
Con esto, se evidencia: en primer lugar que los pequeños y medianos productores no ven necesariamente una ventaja económicamente significativa y, en segundo lugar que esta maniobra puede conllevar a priorizar el mercado internacional creando faltantes o subiendo considerablemente los precios de los productos del mercado interno.
No debemos desconocer que las medidas políticas responden a intereses contrapuestos que se disputan cargas y beneficios entre distintos grupos sociales, la cuestión es analizar que tan equitativo es en concepto de capacidad de carga. Para ser más claros, pensemos, ¿cuál es la prioridad: el bolsillo del empresario o el del consumidor local?
No quiero recaer en una cuestión pro o anti gobierno de turno, ni en el desprecio del sector agro y menos aun del sector empresarial que tan importante es y tantos puestos de trabajo producen en el país, pero la problemática reside en quien tiene más capacidad de soportar cargar y a que coste.
Las retenciones no son un invento argentino, numerosos países, e incluso potencias mundiales las aplican en sectores estratégicos y sirven dichos fondos para impedir subas en otros rubros (para ejemplificar, gracias a las retenciones, entre otras medidas económicas, Argentina logró mantener el precio más bajo en materia de carnes y transporte público a comparación de los vecinos Uruguay y Brasil).
Recordemos que un Estado que menos recauda es un Estado que menor cantidad de necesidades humanas puede cubrir.
Me interesaría saber:
¿QUÉ PIENSAN USTEDES SOBRE ESTO?
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