
Y es que este mensaje dirigido a
la cúpula de estado a raíz de las fallidas manifestaciones de la Ministra de
Seguridad Patricia Bullrich, causó un fuerte malestar en las distintas orientaciones
políticas que actualmente atraviesan nuestra Nación.
Por un lado, fracciones de corte progresista
e identificados con la bandera de los Derechos Humanos, y más próximos a una orientación
ideológica cercana a la oposición, solicitan una respuesta del Estado producto
de la intervención de Gendarmería y donde fue visto por última vez Santiago
Maldonado.
Por otro lado, sectores de tinte
más conservador y alineados con el oficialismo, denuncian el oportunismo político
con el que sostienen que se funda la causa.
La realidad es que el caso de Santiago
Maldonado a traspasado la barrera de lo que representa el Derecho Penal
ordinario, oscilando incluso en lo que se sospecha podría enmarcarse en un
hecho políticamente aberrante como lo es la desaparición forzada de personas en
el marco de un gobierno democrático.
El fenómeno, de innegable
contenido político sin lugar a dudas, se asemeja a lo ocurrido con el reclamo
de “ni una menos”. Recordemos las voces que se alzaban y criticaban el eslogan
alegando que debería ser “nadie menos”. Cabe advertir, y coincido plenamente
con el colectivo feminista, que el reclamo digno que se intenta, de ningún modo
intenta opacar o acompañar los múltiples reclamos de justicia que afectan a los
distintos sectores de la sociedad.
De este modo, es que solicitar
una respuesta al Estado para que se reconsidere sus formas de intervención en
conflictos e investigue la desaparición de Santiago Maldonado, no implica
desconocer la importancia de la búsqueda y la preocupación las tantas personas
desaparecidas en Democracia.
Esto resulta entonces un caso de inminente necesidad de
atención que no puede apartarse por una cuestión de apatía política.
¿USTED QUÉ PIENSA?
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