
Si bien existen distintos matices en cuanto a la discusión, uno de los puntos tiene que ver con la implementación de Pasantías en el nivel secundario de enseñanza. Por un lado, los sectores que ven con buenos ojos esta propuesta sostienen que implica una forma propicia de iniciar a los jóvenes en el mundo laboral, permitiendo que exploren campos de su interés y pongan en práctica sus conocimientos, siendo esto un buen anclaje en la formación para la vida adulta. Por otro lado, los sectores que la resisten alegan que es una forma de precarización laboral, siendo que los estudiantes pasan a cubrir funciones de los empleados, beneficiando a los empresarios y significando así “mano de obra barata”.
Sin intención de adentrarnos en el aspecto legal, mi intención es poner en tensión esta cuestión desde el plano estrictamente pedagógico. En este sentido, es lógico pensar que las pasantías debieren representar una instancia de puesta en práctica de los conocimientos adquiridos y/o una oportunidad de explorar el campo de estudios o inserción laboral que el joven tiene en vista para su futuro.
Si bien estas razones asoman como una interesante propuesta educativa, la realidad dista mucho de sus nobles intenciones.
-En primer lugar, las empresas no operan con objetivos pedagógicos, eso quiere decir que difícilmente se encuentre el espacio y el tiempo para poder enseñar al joven aspectos de la labor, por lo cual es probable que se le destinen tareas más mecánicas y que su control sea escaso.
-En segundo lugar, el “monitor” o asistente pedagógico resultaría una figura de suma necesidad, tanto para analizar el crecimiento individual del estudiante como también para asegurar que las tareas encomendadas sean acordes para dichos fines. Siendo que el presupuesto para educación es acotado, veo difícil que se crease esta figura y se asigne la cantidad de puestos necesarios, ya que los cursos que cuentan con un promedio alto de estudiantes necesitan de un control constante para su aprendizaje.
-En tercer último lugar, la falta de control en las tareas asignadas y la realización de empleos mecánicos destruye por completo la misión pedagógica que la propuesta podría tener. Debemos considerar que los saberes adquiridos durante la cursada debieran significar herramientas útiles para poner en práctica y permitir la superación de los problemas que pudieran surgir, solo así se configura el aprendizaje significativo. Además, el trato normal como empleado común sin una guía orientativa que encuadre pedagógicamente y que tenga como único requisito la confección de un informe final como mero trámite burocrático, a nada contribuye a los fines educativos.
En síntesis, noto una clara incongruencia entre la letra de la propuesta y la realidad, por tal razón creo que el reclamo de los estudiantes es legitimo y debiere reconsiderarse por parte de las autoridades políticas, una propuesta con mayores garantías de éxito educativo.
¿USTEDES QUÉ PIENSAN?
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