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4 claves para hablar de DEMOCRACIA (Por Gastón Coronel)


El 10 de Diciembre se celebra en Argentina el "Día de la restauración de la Democracia", conmemorando la asunción de Raúl Alfonsín como Presidente en 1983, luego de la oscura época del genocidio de Estado. Como es de esperar, en esta ocasión se escuchará la palabra democracia en cada medio de difusión del país, y muchas personas saldrán a hacer gala de una docta mirada de este régimen de gobierno. Sin embargo, a lo largo del año se pueden apreciar numerosas posturas reaccionarias tan contrarias a los valores y principios democráticos como las de representantes históricos del horror; incluso con perspectivas impulsadas, sostenidas y difundidas por algunos medios de comunicación persiguiendo intereses nefastos de desestabilización del sistema plural de opinión, gestión y gobierno.


Este fenómeno contradictorio se hace notar si uno compara las expresiones faranduleras de muchos políticos  (tanto en ejercicio, como disfrazados de periodistas) en la televisión o la radio, para cumplir con la exigencia del momento conmemorativo de exaltación de la democracia, con las posturas frente a temas delicados como la delincuencia juvenil, los derechos de las minorías, los reclamos gremiales, etc. Es allí donde queda evidenciada la contradicción, y planteado el problema: ¿Qué entendemos por Democracia? ¿Es solo una palabra bonita para adornar discursos políticos o es realmente un valor primordial de la vida política?

Siendo fieles al espíritu de este humilde blog, que se sintetiza básicamente en aumentar el flujo de información útil para potenciar los debates y enriquecer la mirada de nuestros lectores, ofreceré                  4 claves para hablar de Democracia; las cuales, a mi entender, son esenciales para llevar a cabo un debate político profundo y desprendido de los prejuicios que lastiman la opinión pública malintencionadamente.

Clave 1: Todo régimen de gobierno que se diga democrático debe contar con un sistema de partidos políticos plural. Esto significa que no debe primar la "univocidad" u "homogeneidad" de pensamientos o ideologías políticas; sino por el contrario, debe reconocerse la proliferación de miradas auténticas sobre la realidad social, que se reconocerán parciales, pero con legítima pretensión de verdad. Sumado a este plano de opinión, también debe estar unido el institucional; es decir, es preciso que cada manifestación ideológica tenga libertad de asociación y formalización de su unión en un espacio físico reconocido jurídicamente, sin persecuciones ni coerciones por su elección de pensamiento y reguladas por una normativa efectiva.


Clave 2: Para poder hablar de Democracia es necesario contar con un sistema electoral legítimo y transparente. Es decir, una modalidad justa y no corrompida de elección de los representantes de cada ciudadano en el gobierno, y los funcionarios encargados de la gestión de las políticas que hacen a la vida de cualquier individuo. En nuestras sociedades contemporáneas la expresión más significativa de esta modalidad es la vía del sufragio, universal, obligatorio y secreto. Pero un sistema electoral legítimo y transparente no implica solamente el depósito del voto en la urna y la ley que lo regule, sino que también tiene que ver con el fomento de la cultura democrática electoral, y la participación consciente, informada y comprometida del ciudadano a la hora de votar; ya que de este modo se evita la manipulación de la opinión y del accionar del pueblo a través de la ignorancia del mismo.


Clave 3: En el caso de la Democracia, es central la existencia de un mecanismo gremial y sindical de defensa de los derechos laborales que sea genuino. Esto es una serie de instituciones orientadas a la restitución de derechos vulnerados de los trabajadores, y su promoción, protección y ampliación. Es consustancial a la democracia la posibilidad real de todo trabajador de manifestar su descontento con su situación concreta o conjunta, y agruparse oficialmente en pos de conseguir una mejor calidad de vida. Para ello es muy importante contar con representantes gremiales y sindicales cercanos y comprometidos con los intereses y necesidades de cada área laboral correspondiente, y que accionen siempre atendiendo a los principios democráticos del diálogo, la construcción colectiva y el respeto mutuo. Un gremio o sindicato está corrompido tanto al negociar con el patrón a espaldas del trabajador, como al manipular al trabajador para usar a la masa como mecanismo de obstaculización, coerción o "apriete" con los gobernantes; en ambos casos actúa anti-democráticamente. 



Clave 4: Por último, y no menos importante, es necesaria en toda Democracia la autonomía formal y fáctica de poderes estatales. Como es sabido, la República es el lenguaje de la Democracia, y el Derecho su idioma. Es decir, que "Democracia", "República" y "Estado de Derecho" son entidades que están estrechamente ligadas, si se vulnera una de ellas, se vulneran las restantes por réplica. Uno de los principios republicanos fundamentales, el pilar elemental, es la autonomía de poderes del Estado; la cual hace referencia a la independencia formal y fáctica (esto es, "en la ley" y "en los hechos") de cada poder que conforma el Estado respecto de los demás. En este sentido, para que haya una Democracia legítima desde el punto de vista de los principios republicanos fundamentales, debe existir autonomía entre el Poder "creador de ley" (legislativo), el Poder punitivo de administración de Justicia (judicial), y el Poder Ejecutivo. Este equilibrio sostiene la dinámica del poder de modo tal que evita los excesos del despotismo o la anomia social, y se eleva como una organización que sopesa las funciones, responsabilidades y competencias de cada Poder para no viciar ninguna de ellas, y que se potencien.


Sin duda es muy probable (y ojalá que así sea) que se encuentren falencias en cada uno de estos puntos al enfocar el análisis hacia nuestra Democracia actual. Es posible que se enumeren circunstancias en las que se hallan corrompidos algunos aspectos de los aquí expuestos. Sin embargo, (y sin ánimos de defender ninguna bandera partidaria) creo que eso no habilita para concluir que no nos encontramos en una Democracia. Sino que el hecho de poder identificar estas claves en puntos centrales de la política actual, y su inclusión en el debate, da cuenta de que están presentes más allá de que haya cuestiones que puedan reverse para su mejoría. Esto forma parte de reconocerse en un momento histórico sin precedentes en materia de expresión democrática, y hallarse en la opción de APORTAR, CONSTRUIR, y ACCIONAR en pos de fortalecer nuestra democracia, para que no sea solo una palabra linda que adorna los discursos de algunos políticos y periodistas de farándula, sino que sea una idea reguladora de nuestro compromiso como ciudadanos.

Comentarios

  1. Muy buen artículo.
    Yo le agregaría también otro punto fundamental (para mi) que creo que no está: la multiplicidad de voces e ideas en los medios de comunicación. Esperemos que esto se vaya normalizando a medida que se aplique (algún día) la ley de Medios. Pero al día de hoy, la mayoría de los canales privados tienen una clara tendencia anti oficialista, sin 1 gramo de imparcialidad, criticando fuertemente hasta decisiones que son indudablemente positivas, a veces mintiendo u omitiendo datos. De esta forma, "atan" a la sociedad que escucha/lee/mira estos medios.
    Además, la educación, no de tipo enciclopedista, sino que forme mentes críticas, permite a las personas formar su propia opinión e interpretación de los temas, y no repetir o creer ciegamente lo que otros dicen.
    Creo que esto también es fundamental para tener una democracia, con todas las letras.

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  2. Muchas gracias por tu aporte! Claramente esos dos puntos que mencionas son importantísimos para la configuración de una sociedad democrática; tanto la educación como la libertad de expresión y pensamiento sin condicionamientos desde las corporaciones, son pilares básicos de todo sistema plural y hay que luchar por ello. Muy buena apreciación.

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