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Fuera ñoquis: receta para justificar los despidos del sector público... (Por Ezequiel Espina)

La nueva polémica que involucra a la gestión del nuevo gobierno Nacional, gira en torno a la justificación de los recientes despidos del sector público, la dicotomía es clara: 
¿AJUSTE O RE-ORGANIZACIÓN?
Entre las principales críticas de los sectores que abogaban por un cambio en el gobierno nacional se encontraban las quejas por la amplitud del Estado y por ende, la contratación masiva de personal para tareas del sector público, que en su mayoría se consideraba que se trataba de acomodaciones de individuos afines a la bandera política del gobierno de turno y se los acusaba de recibir un salario sin efectuar las tareas encomendadas. 
Bajo el eslogan de "echar ñoquis", esto es, revisar contrataciones y vínculos laborales recientes para corroborar la existencia de prestación de tareas, y caso contrario efectuar el despido, es que el gobierno actual conforme al Decreto  254/2015, faculta a  "Ministros, Secretarios de la Presidencia de la Nación, Autoridades Superiores de organismos descentralizados, Empresas y Sociedades del Estado de la Administración Pública Nacional, a revisar los procesos concursales y de selección de personal". De esta forma legitima los despidos del sector público mediante un Decreto que reduce la imagen de discrecionalidad del Poder Ejecutivo para justificar los despidos a partir de la revisión de procesos concursales y de seleccion de personal,  asegurando condiciones de conducta e idoneidad para el cargo y velando por el principio de igualdad en el acceso a la función pública.
Entre las contradicciones que deseo resaltar, se encuentran las siguientes:
-Celeridad en el proceso de revisión: contrariamente a lo que uno podría esperar como respuesta estatal, dentro del primer mes de de gestión el número arrojado de finalización de vínculos laborales asciende a 24.094 entre los distintos ordenes del Estado (chequear datos en https://infogr.am/despidos_pro-6274). Asombra la "eficacia" y "celeridad" de la revisión de algo tan delicado como es la fuente de subsistencia de todo ciudadano: su trabajo. Con esto no quiero condenar el accionar del gobierno de turno, pero no puedo esconder mis sospechas para con el mecanismo de corroboración de tal tarea. 
-Efectivicaión del objetivo "Pobreza 0": siendo que es uno de los objetivos presentados en la plataforma de propuestas de la actual conducción del Poder Ejecutivo Nacional, llama poderosamente la atención la evidente contradicción que representa combatir la pobreza a partir de despidos. Es obvio que una persona que no tiene trabajo pasa automáticamente a formar parte del índice de desocupación y por ende a ubicarse por debajo de la linea de pobreza. Recordemos que no estamos hablando de una re-asignación de tareas o de re-ubicación, sino de la finalización del vinculo laboral.
-Implementación de un Estado Liberal bajo el lema de "eliminar ñoquis": entra en juego aquí la concepción del rol del Estado que concibamos más pertinente para nuestra sociedad, podemos pensar en un Estado amplio que trate de abarcar la atención de la mayor cantidad de necesidades humanas (salud, trabajo, educación, transporte, etc), o bien, un Estado que vele por las libertades negativas, esto es la no interferencia del Estado en la órbita privada del individuo. Para que se de este último, el Estado debe correrse y dar paso a las reglas de mercado para apliquen un equilibrio en la justa distribución de riquezas, es por ello que el Estado debe funcionar como una empresa, esto es, desafectandose de todo aquello que produzca "déficit" (por ejemplo algunas empresas del Estado como es el caso de Aerolíneas Argentinas). Desde este punto de vista, se justifica la ola de despidos, ya que el manejo de la cosa pública representa una administración deficiente, ¿qué mejor entonces que dejarlo en manos de privados? Bajo este principio, se debe reducir el personal de la planta de trabajadores del Estado, ya que si el Estado reduce sus ámbitos de acción, necesariamente debe bajar el número de contrataciones. Este es un mito generalizado que permite a las banderas políticas de Derecha alzarse como alternativa de implementación de soluciones para las crisis económicas, pero los invito a reflexionar a partir de las palabras de  Claudia Bernazza: 
“Presentar la idea de un Estado lento y supernumerario fue necesario para generar un clima de opinión que permitiera llevar adelante determinadas medidas de ajuste. Hubo un Estado de Bienestar que posiblemente no tuvo el cuidado suficiente para agilizar su administración, lo que fue aprovechado por las corporaciones para hacer su juego con el apoyo de los tanques en las calles en el pasado y el de los tanques mediáticos en el presente .Desde luego que el sector público tiene sus falencias. Pero también las tiene el sector privado, por caso, las empresas de telefonía móvil, y no son blanco de esas campañas de descrédito.” (ver 
http://www.eldiplo.org/200-despues-de-los-globos/el-empleo-publico-en-debate?token=&nID=1)
Bajo los puntos antes analizados, notaremos así también que es claro el mensaje para legitimar despidos y reducir así la capacidad de atención de necesidades sociales por el Estado, se debe identificar claramente el excedente de planta administrativa, llamese "ñoqui" o "grasa militante", la realidad es que le ha costado la fuente de supervivencia a muchos ciudadanos que hoy pasan a aumentar los indices de desempleo y que atentan claramente contra la receta para reducir los porcentajes de pobreza.
Debemos estar atentos, quizá bajo el lema de reorganización estatal estemos sufriendo una clara y peligrosa maniobra de ajuste del sector público, recuerden lo siguiente: 
mientras más pequeño es el Estado, menores necesidades públicas atiende...

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