En este orden de ideas, podríamos traer a colación múltiples rubros y esferas en donde está proporción no se respeta, pero en esta oportunidad nos centraremos únicamente en los alcances radiodifusivos de los partidos en el país.
El fútbol en Argentina tiene un lugar predilecto en la agenda pública y en las prioridades de las políticas públicas en materia deportiva (incluso social y cultural). Es así que la población espera ansiosa los partidos de su equipo, aún más los de nuestra Selección.
El fervor nacional llevó a que se sancionara la Ley N° 25.342, que para quienes no lo saben, ordena que “Las asociaciones deportivas y/o los titulares de los derechos de transmisión televisiva de encuentros de fútbol donde participe la Selección Nacional Argentina, organizados por la Federación Internacional de Fútbol Asociado, la Confederación Sudamericana de Fútbol o el Comité Olímpico Internacional, deberán comercializar esos derechos de modo tal que se garantice la transmisión en directo de dichos encuentros a todo el territorio nacional”. Dice también la norma que este requisito se encontrara cumplido si se garantiza "la transmisión a través de una emisora de televisión abierta por localidad". De modo que esto explica la razón por la cual podemos seguir las presentaciones del hoy equipo comandado por Scaloni en más de una señal, de cable y abierta.
Ahora bien, la Selección femenina no goza de tal Derecho, y no es una discriminación menor, puesto que hoy se encuentra disputando la Copa América en Colombia, la cual no solo representa prestigio por ser el máximo galardón Continental, sino también porque otorga las plazas para disputar el Mundial del año próximo.
Como vemos, aún tratándose de una competencia organizada por CONMEBOL y avalada por FIFA, no recibe el mismo trato que su par masculino.
La difusión de partidos de nuestra Selección sirve también para valorar los esfuerzos de nuestras jugadoras, en su mayoría amateur (o con contratos profesionales ínfimos a comparación de los hombres) y para hacer extensible el interés sobre el deporte que más pasión despierta en el país.
Por estas consideraciones, el hecho de que la única se
ñal que trasmite los encuentros sea privada y no abierta, obstaculiza su visualización y promoción a la población.
La única manera de que los planteles femeninos y el deporte cobren mayor relevancia y se equipare sin distinción de género, es justamente asegurando su difusión. (entre otras acciones positivas más).
Si la igualdad es el estandarte, no se explica como nuestras jugadoras que representan al país en la máxima cita continental no reciben el trato que la Ley dispone.
¿Ustedes que piensan?
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